jueves, 19 de julio de 2012

Historias I:


Capítulo XIX: Por seguir al corazón.
M#
Estabas saliendo al recreo del mediodía cuando te sorprendieron Peter y Gastón al mismo tiempo, de lugares contrarios. Miraste de derecha a izquierda sin saber con quién ir. Los dos te pedían que hables con ellos porque lo necesitaban, vos no sabías qué hacer.
- ¡Uno a la vez! ¿Qué quieren? - dijiste.
- Quiero habla... - dijeron a unísono.
- ¿Qué queres Peter?
- Quiero hablar con vos, lo necesito... - te dijo con esa cara de perrito mojado que tanto te podía. Miraste a Gas como diciendo '¿y vos?'.
- Yo también necesito hablar con vos, pero de cosas más importantes.
- ¿Vos qué sabes si mis cosas no son importantes, tarado? - empezó a pelear Peter. Cerraste tus ojos y los escuchaste pelear por vos. No te sentías importante por eso, sino que te sentías una basura por hacer que dos personas como ellos se pelearan por tu culpa. No hiciste otra cosa más que irte corriendo dejando que ellos hablen solos.
Llegaste a tu habitación llorando y escuchaste que detrás de la puerta seguían peleándose por quién entraba a consolarte. Finalmente, abriste la puerta cansada de esos gritos que te atormentaban y los miraste a los ojos.
- ¿Qué carajo quieren ahora? ¿No les basta con pelearse de esa manera allá abajo que tenían que venir a pelearse acá en la puerta de mi habitación? No los soporto a ninguno de los dos cuando se ponen así, me hartan. Me hacen sentir la peor basura del mundo cuando se pelean así.
- Perdonanos Lali, no nos damos cuenta que te hacemos sentir así. Es lo que menos queremos... - dijeron los dos.
- ¿Qué necesitas Gastón?
- Hablar - lo hiciste pasar a tu habitación y le pediste a Peter que te espere y que, cuando termines de hablar con Gastón, hablarías con él. Se sentaron en tu cama y le diste el pié para que empiece a hablar. - Necesitaba decirte que ya no sé qué hacer. No me entiendo. Estoy enamorado de vos pero a la vez no sé qué me está pasando con Rocío. Siento que con ella puedo sentir cosas que con vos no, y con vos siento cosas que con ella no siento. Las dos tienen algo que me atrae mucho y no sé qué hacer. No puedo verte a vos con otro pero al mismo tiempo quiero que lo hagas para que a partir de eso me pueda decidir.
- A ver si entendí, - lo interrumpiste con calma - ¿vos queres olvidarte de mí para avanzar con Rochi?
- No sé... Tampoco quiero que pienses que yo la usé a Ro porque no es así. Yo me acerqué a ella sin pensarlo. Siempre me gustó un poco, pero nunca me dio bola y desde que empezamos a hablar es como que las cosas cambiaron.
- Se te empastó la bujía...
- Exacto.
- Gas, yo quiero que seas feliz ¿sabes? Pero sin mí. O sea, como amigos y compañeros de la vida sí, obvio. Pero no como más que eso. ¿Me entendes? - Él asintió y tu alma dio un respiro.- Así que dale para adelante con Rochi, ella te va a amar cuando vos le enseñes a hacerlo - le sonreíste y viste un alivio en sus ojos. Lo abrazaste cariñosamente.
Estabas feliz sabiendo que no harías sufrir más a Gastón por seguir al corazón. Le abriste la puerta a Peter que te esperaba más calmado y con cierto aire de felicidad disimulada.
P#
Escuchaste toda la charla que habían tenido Lali y Gastón y sentiste un gran alivio en el alma y en el corazón. Apenas entraste a la habitación de Lali la abrazaste fuerte dando un giro. Estabas tan feliz de que Gastón ya no quiera estar con Lali, dejándote avanzar sin ningún obstáculo.
- ¿Escuchaste todo no? - te dijo ella cuando la soltaste.
- Sí... - parecías un nene feliz por lograr algo que deseaba - Lali, ¿queres ser mi novia? - dijiste sin filtro y sonriendo.
Ella lo pensó por unos segundos, pero vos podías ver ese brillo único en sus ojos. Finalmente, te dijo que sí y no pudiste evitar besarla con una pasión única.
Días más tarde, ya todos sabían que ustedes estaban juntos y estaban felices por eso. Pero Pablo, no lo estaba. Seguía en su postura de que te estabas equivocando con esa chica. Sentías que estaba celoso porque él, que era el más pasional del grupo, no tenía a quién darle su amor.
- Pablo, ¿te puedo hacer una pregunta? - le dijiste un día ya cansado de sus reproches. Él asintió y buscaste las palabras correctas para decir más sutilmente lo que pensabas.-  ¿Por qué no queres que esté con Lali?
- Porque no me parece buena piba.
- No la conoces entonces. Ella es una persona increíble, no sabes todo lo que tuvo que pasar en su corta vida - hablabas de ella como si fuera la persona más maravillosa del mundo, que lo era para vos, y con un brillo en los ojos tal de las personas enamoradas.
- Nosotros también pasamos muchas en nuestra corta vida. Me parece que es una chica de esas que son pobres y se quieren casar con los que tienen guita para "salvarse".
- Te repito que no la conoces, ella no es así.
- Eso es lo que te hacen creer, Peter. Empiezan con la nena buena con una vida dura y después es una flor de yegua que te deja en pelotas en un abrir y cerrar de ojos.
- ¿Qué te pasó? Vos no eras así; juraría que vos en este momento serías la persona que más me alentara en esta relación. Pero ahora te desconozco, no puedo creer que vos me estés diciendo esto.
- Las personas no cambian, aprenden - dijo y se fue. Te quedaste pensando en todo lo que te había dicho, sabías perfectamente que Lali no era así, pero ¿por qué Pablo estaba tan cambiado ahora? Agustín estaba feliz por vos y Pablo no. Algo raro estaba pasando con él y no ibas a parar hasta descubrirlo.
N#
Todo era muy raro sin Eugenia. Ya habían pasado quince días desde que ella se fue. Tenías la esperanza de verla entrar por la puerta principal del colegio cada segundo que corría. Siempre que pasabas por ahí, te fijabas si la veías llegar. Muchas veces te la confundiste con otras rubias que tenían el mismo corte de pelo que ella o eran parecidas físicamente.
- ¡¿Por qué no me llamaaa?! - hablabas con tu celular en el gimnasio.
- ¿Porque habrá encontrado a alguien mejor que vos? - dijo alguien detrás tuyo. Mery. - Superalo gordo, ella no va a volver. Tenes que rehacer tu vida, con alguien que te llene de nivel, alguien mejor - dijo sentándose en tus piernas.
- Em, Mery, no. No quiero rehacer mi vida con nadie. Voy a esperarla cuanto tiempo sea, y si es verdad lo que estás diciendo que me lo diga ella, no vos - dijiste haciendo que se pare.
- Te dije que no iba a parar hasta que estés conmigo, bonito. Lo voy a cumplir, tarde o temprano, lo voy a cumplir.
Te quedaste solo en el gimnasio pensando en las locuras que decía María. Cada vez te convencías más que en ese colegio no se podía confiar en casi nadie. Todos eran unos garcas soberbios. No les importaba la amistad, la lealtad, la fidelidad, nada.
- ¡Está loca esa mina! - le decías a Gastón, que estaba en la suya, pero quizás algo te escuchaba. - Hoy se me volvió a tirar, me decía que Euge no va a volver y que encontró a alguien mejor que yo... ¿me estás escuchando Gastón? - dijiste cuando te diste cuenta que no te estaba prestando atención.
- ¡Sí, Nico, te escucho! Está loca, lo sé. También está un poco con las hormonas prendidas desde que se fue Euge - te dijo mirándote -. Creo que Euge las mantenía tranquilas con su presencia, como que le tenían miedo o un cierto respeto que perdieron cuando ella se fue.
- Sí, eso es más que obvio.
- Hablo por María igual, Candela es como que es así por su cuenta.
- No sé, eh. ¿No tenes idea qué hora es en España?
- Espera que me fijo en mi bola mágica... - te burló. Lo miraste mal y subiste al segundo piso de la habitación. Pensaste dos veces en llamarla por la diferencia horaria, pero te decidiste a hacerlo.
"Hola, soy Eugenia, en este momento no te podré atender. Si es muy importante dejá tu mensaje después del tono". Fue la respuesta que obtuviste; tenías mucho miedo de lo que podía pasar desde ahora. No querías perderla para siempre.
G#
Como todo estaba aclarado con Lali, decidiste encarar a Rocío. Hace días que no hablabas con ella. Pensaste todo lo que le ibas a decir, palabra por palabra a cada paso que dabas. Sabías que ella ahora estaría por salir de la clase de Literatura a la cual vos no fuiste.
Cuando la viste salir, las palabras que habías repetido una y otra vez en tu cabeza se mezclaron; pero todo se te nubló cuando viste que ella estaba muy entretenida hablando con Pablo Martínez, aquél chico que volvía de Francia con el cual pocas veces cruzaste palabra. Lo que más te dolió fue que cuando ella pasó por al lado tuyo, te sonrió sin ganas.
Respiraste hondo y le gritaste si podías hablar con ella. '¡Más tarde!' te gritó. Clavaste tu mirada en la nada y tus ojos se inundaron en lágrimas. Era obvio que vos no estabas hecho para amar a la persona correcta. Te convenciste de una vez por todas que vos no servías para amar y que aunque intentaras nadie iba a ser la elegida para vos.
- Hola, ¿te puedo hacer una pregunta...? - escuchaste una voz dulce de una chica. Levantaste la mirada y la viste ahí, era una morocha de rulos con anteojos violetas con aspecto intelectual.- Me llamo Daniela y soy nueva acá, ¿me podrías decir... ¿estás bien? - dijo al ver que estuviste llorando.
- Sí, sí. Soy Gastón, ¿Qué necesitabas? - dijiste incorporándote y secándote las lágrimas.
- Sa, saber - tartamudeó - dónde queda la dirección.
- Mirá, subís esa escalera y vas hacia la derecha. Caminas y llegas como a una sala y ahí está la preceptora, Jimena, ahí es la dirección - le dijiste señalando con tu dedo al aire.
- Muchas gracias - te dijo sonriéndote.
'Que sonrisa tan linda' pensaste.
- No, Gastón. ¿Qué estás pensando? No, enamorarte ahora no. Basta de sufrir - te dijiste para vos mismo. Empezaste a subir las escaleras hablando solo y te volviste a encontrar con Daniela -. ¿Te perdiste otra vez? - le dijiste.
- Sí, disculpame, pero me distraje y me olvidé. No tengo buena memoria - te dijo muy simpática.
- Vení, yo te acompaño - mientras esperaban a que el director se desocupe, intentaste conocerla un poco más; no sabías por qué -. ¿De dónde sos?
- De Escalada, un pueblito muy chico, de acá de Buenos Aires. No es muy conocido, ¿vos?
- De Coronel Suárez, es conocido, pero no tanto.
- ¿Hace mucho que estás acá?
- No, no mucho. ¿Por qué entraste vos?
- Porque, em... mis papás viajan muchísimo y la señora que me cuidaba ya no está... Me anoté y quedé - te dijo sonriendo como si nada malo pasara.
E#
Te despertaste por los gritos que pegaba tu papá. Discutía con alguien por teléfono, seguramente por trabajo. Pero no era así, te asustaste al escuchar el nombre de tu mamá después de un 'Quiero el divorcio'.
- ¿Qué dijiste, papá? - saliste llorando de tu cuarto.
- Euge... - dijo dejando el teléfono en su escritorio y acercándose a vos. - Yo te puedo explicar...
- Vos no me vas a explicar nada, yo sabía que esto iba a pasar...
Días atrás, habías descubierto una llamada de una tal Melissa en el celular de tu papá. Junto a esa llamada había unos mensajes de la misma chica que decían que quería ver a tu papá en el bar de siempre a las tres p.m. Lo seguiste hasta "el bar de siempre" y descubriste que tu papá engañaba a tu mamá. Decidiste no contarlo por el bien de tu familia y lo mucho que les importaba la imagen que aparentaban juntos y "felices".
- ¿Es por Melissa, no? - le dijiste cuando él te miró con desconcierto -. Ya sé todo, papá. Yo te seguí hasta ese bar y los vi. Pero no le dije nada a mamá porque quería que se lo digas vos y no seas tan cobarde.
- ¿Entonces cómo hizo tu mamá para enterarse de todo? Seguramente vos le dijiste, Eugenia. No soy estúpido - dijo volviendo a su escritorio, con aires de sabiduría y madurez.
- Yo no le dije nada a nadie. Se habrá enterado por su cuenta. Un error lo tiene cualquiera, ¿o no? - dijiste secándote las lágrimas y poniéndote firme y madura como él.- Un descuido y se te fue todo por la borda, papá.
- No me hables así. Y sí, fue un descuido. Pero ahora ya es tarde para solucionar esto, no puedo hacer nada. Ella ya no me amaba como antes y yo... estaba solo, desesperado. Apareció Melissa y todo se descolocó.
Veías a tu papá tan triste pero a la vez tan firme. Era como una coraza, un caparazón que tenía en estos momentos.
- Estoy solo, hija. Vos te vas a ir, tu mamá que... bueno ésto, ya no me queda nada más que problemas... - te paraste y lo abrazaste diciéndole al oído que no estaba solo.
A pesar de que vos no soportabas estar lejos de tu casa, aceptaste quedarte unos días más con él a cambio de estar más tiempo juntos. Lo llamaste a Nicolás y le pediste por favor que te entienda ya que tu papá no estaba pasando un buen momento. Él te supo entender con su amor de siempre, te dijo que te amaba y que nunca te olvides de eso.
- Voy a volver la semana que viene, Nico. Yo también te amo muchísimo - le dijiste antes de cortar.

Ésta historia continuará.

6 comentarios:

  1. Mery ,¡k regalada!,no va a conseguir nada d Nico,pero ella sigue cabezota creyéndose la mejor.Al fín les aclaró a los dos salamis ,a quien ama ,y k Gastón se deje amar,pero este ,estuvo bastante lento.

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  2. Ya se te extrañaba!!!! :) Espero que estés bien! MAS NOVE!!!!!!

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    1. Lo que pasa es que estaba con muchas pruebas, trabajos, y cosas del colegio. Y en las vacaciones no estaba mucho en mi casa, :P Pero pude escribir este capítulo y ahora estoy con el otro.

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  3. se te extrañaba!!!!!!! parece que todo de a poco va volviendo a su lugar =)

    espero mas BESOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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