sábado, 21 de abril de 2012

Historias I:


Capítulo XIV: Felicidad.
E#
¿Qué ibas a hacer con Nicolás? Después de que él te dijo las razones por las cuales no habló aquél día, no hablaron nunca más. Si se cruzaban el clima se tornaba tenso, nervioso, incómodo, porque los dos no sabían qué hacer con lo que les estaba pasando.
Dos días después de todo lo que pasó, volvieron a cruzarse pero ésta vez no iban a poner excusas, no iban a quedarse callados, no iban ignorarse ni a esquivarse. Esta vez iban a hablar.
- Nico yo... - empezaste diciendo.
- Sh - te cayó él poniendo uno de sus dedos en tus labios.- No hacen falta las palabras para explicarte lo que te tengo que decir.
- No quiero que te quedes mudo otra vez. Habla - le dijiste seria, no querías que él juegue con vos como muchos otros lo hicieron.
Él negó con la cabeza y te besó. Ese beso (real, por supuesto) dijo más que mil palabras, él tenía razón cuando dijo que no se necesitan las palabras para explicar lo que te quería decir. Con ese beso te dijo que te amaba, que estaría por siempre junto a vos.
- ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? - dijiste sonriendo.
- Nada que vos no quieras.
- Ok - dijiste y lo besaste.
N#
'Pude lograr lo que nunca otro hombre pudo lograr: demostrarle de verdad que había tanta pasión junta dentro de mi corazón.' Cantabas, después de una tarde entera junto a la persona que más amabas en el mundo.
- ¿A qué se debe esa sonrisa? - te preguntó Gastón.
- A que soy la persona más feliz, Gas.
- ¿Y a qué se debe esa felicidad?
Le contaste todo lo que había pasado con Eugenia, él se alegró por vos y te contó que sentía que cada vez estaba más cerca de Mariana. Te angustiaba saber que ella estaba ciegamente enamorada de Peter, lo cual eso él no lo sabía. No querías romperle esa burbuja que se había creado llamada ilusión, pero tampoco querías seguir mintiéndole.
- Mira Gas, yo te voy a decir algo porque la conozco a Lali... primero no quiero que lo tomes a mal, segundo es un consejo de amigos. Yo creo que ella no es para vos, es como que vos sos muy... muy...
- ¿Romántico? ¿Sensible? - preguntó él tratándote de ayudar.
- No... bué, no sé. Sos muy distinto a ella, ella es como una chispita caliente que salta de las llamas grandes del fuego de la parrilla cuando vas a hacer asado - vos y tus ejemplos tan geniales. Te admirabas.
- Vos y tus ejemplos, no me importa que seamos distintos, yo voy a hacer todo lo posible para estar con ella.
- Gastón, de verdad te digo, no te compliques la vida. Buscate otra chica.
- Lali está con Peter, ¿no? - ¿Por qué tenían que existir esas preguntas a las cuales no tenes respuestas? Esas que te ponen entre la espada y la pared, entre la verdad y la mentira, entre el dolor y la felicidad. - El que calla otorga - dijo yéndose de la habitación.
Te quedaste pensando en cómo se puede arruinar la felicidad de alguien con sólo unas palabras y cómo se puede crear la felicidad de otro también con palabras, pero en este caso, con hechos.
La llamaste a Eugenia pero te atendió el contestador, no querías parecer un desesperado pero necesitabas verla. 'Hola Euge, soy Nico, perdoname si te molestó ahora pero tengo que decirte algo importante. Cuando escuches éste mensaje, llamame' dijiste después de que el contestador emitiera ese sonido.
Esperaste media hora, una hora, dos horas y no te contestaba. ¿Se habrá cansado de vos? ¿No te querrá llamar? No, quizás esté ocupada. Pero si ella te dijo que cualquier cosa la llames y ahora no te atiende, ¿qué le está pasando? ¿Te estará evitando? ¿Estará con alguien más?
- No, Nicolás. Basta de pensar cualquier cosa, está ocupada y punto - te dijiste.
M#
¿Cómo se te puede arruinar la felicidad en un segundo? ¿Cómo se puede pasar del odio al amor con sólo ver o escuchar algo? Viste varias veces como Valentina perseguía a Peter, muchas veces se fueron juntos. Era obvio que había vuelto con ella, a vos ya ni te llamaba ni te hablaba. Fuiste un juego para él Mariana, fuiste un juego.
Llorando en tu habitación te encontró Gastón, él era la única persona que con un abrazo te podía decir miles de cosas. Lo abrazaste y lloraste en su pecho mientras él te contenía. Le dijiste todo lo que te pasaba y sentías, te diste cuenta que una pequeña angustia apareció en sus ojos. ¿Se angustiaba por vos o por otra cosa?
- ¿Estás bien vos? - le dijiste separándote un poco de él.
- Sí, en mi mejor momento.
- Que suerte que tenés. No estás de novio, no estás enamorado, o al menos eso pienso yo.
Rió incómodo. - No, no estoy de novio, pero eso no quiere decir que no esté enamorado...
- ¿De quién? ¿La conozco?
- Sí... - pensaste que seguramente estaba enamorado de Rocío, pero como ella no le daba bola, él sufría. - Pero no te voy a decir el nombre - dijo haciéndose el importante.
- Dale, no seas malo. Es Rochi, ¿no?
- Em... no - ¿no era Rocío? ¿Estaba enamorado de Daniela entonces?
- ¿Daky? - negó con la cabeza. Se te cruzó por tu mente rebuscada que quizás eras vos. Pero no, él era tu amigo. Y los amigos, son sólo eso, amigos...
P#
Habías estado todo el día pensando en Mariana, siempre que la veías estabas con Valentina. Ella había aparecido solamente por obra de tu papá. Él, de alguna manera, se había enterado que te estaba gustando mucho Mariana, una chica que venía de la calle y la había derivado un juzgado a ese colegio, y entonces quiso que te olvides de ella y te dediques a estar con chicas "tops" como antes.
- Papá, ¿qué necesidad tenes de hacer aparecer otra vez a Valentina? - le dijiste apenas te atendió el teléfono.
- Hijo, vos tenes que darte cuenta de cómo son las cosas. Sos un Lanzani, no podes estar con cualquiera. Tenes que estar con gente de tu nivel social e intelectual, Peter. No te voy a permitir que caigas bajo, hijo, es por tu bien - te dijo tan soberbio y arrogante como siempre.
- ¿Por qué no me dejas ser feliz? Yo no soy como Martín o como Pablo. Dejame en paz, papá.
- A mí me respetas y hasta que no tengas veintiún años vas a hacer lo que yo te diga, Juan Pedro. ¡Vos no vas a estar con esa cualquiera! ¿No te das cuenta que está con vos por tu fortuna, por quién sos? ¿No te das cuenta de eso? Juan Pedro abrí los ojos, deja de ser tan ingenuo.
- A ella no la conoces, y si es necesario renuncio a esa fortuna que decís que tengo por ella - dijiste y le cortaste el teléfono. Lo tiraste sobre tu cama y te sentaste en el piso pensando en lo que era tu papá. Una basura.
¿Por qué tanta felicidad se puede ir con un sólo acto de soberbia, de arrogancia de otra persona? Eras feliz hasta que apareció tu pasado para convertirse en un futuro no deseado. Un futuro sin risa, sin amor, sin felicidad, con soberbia, arrogancia, dinero ganado siendo una basura de persona.
G# (nuevo protagonista)
Ella no te veía con los mismos ojos que la veías vos. Ella te veía como un amigo fiel, como un hermano al cual pedirle consejos. Pero vos la veías como una mujer, como una princesa, como el amor de tu vida.
- No, no es Daky... - le contestaste después de negar con tu cabeza y mirándola a los ojos.
Tenías que tener el coraje suficiente para decirle lo que te pasaba con ella, lo que sentías, cuanto la amabas. Tenías que decirle que vos no eras como los demás, que no la ibas a hacer sufrir de la manera que está sufriendo, que no ibas a jugar con sus sentimientos, que la ibas a valorar y a respetar por el resto de tu vida.
- ¿Entonces...?
- Sos vos - le dijiste después de respirar hondo y cerrar los ojos. Ya está ella ya lo sabía, lo que pasaría ahora quedaba en ella y en el destino.
- ¿Yo? ¿E, e, - tartamudeó nerviosa - estás enamorado de mí?
- Sí, Lali. Y no quiero que pienses que hice todo esto para separarte de Peter y bla bla bla, porque no es así. No te voy a mentir que deseé que pase ésto. Pero cuando te veo así, me siento tan mal por haberlo deseado.
- Gas, yo no sé qué decirte. Yo te veo como mi amigo, mi hermano, no me pidas que trate de verte de otra manera. Quizás ahora no, pero después no sé...
Una chispa de esperanza se encendió en tu corazón. Le sonreíste y la abrazaste, la notabas tensa, nerviosa, pero sabías que era por lo que le habías confesado. Entendías que ahora estaba enamorada de Peter aunque él jugara con ella.
'Quizás ahora no, pero después no sé' repetías las palabras de Lali en tu mente mientras mirabas el techo sin dejar de sonreír. Te imaginabas lo feliz que serías teniendo con vos ese amor tan sincero que ella te daría. Lo feliz que te sentirías al decir que la amabas sin miedo alguno. La felicidad que sentirían los dos, juntos, como lo deseabas.

Ésta historia continuará.

Hola, les vengo a contar algo :D

Buenasssss; les tengo que pedir perdón por no subir estos días. Es que entre las evaluaciones, tareas, fiestas de quince y demás no pude escribir. Les cuento que en la novela va a aparecer un protagonista nuevo, que no es tan nuevo. Él (porque es hombre) ya lo conocen, ya apareció y ya se enamoró. Se van a dar cuenta fácilmente quién es cuando suba la novela hoy o cuando pueda. :D
Los quiero,

Sofía. ♥



martes, 10 de abril de 2012

Historias I:


Capítulo XIII: Sueño.
N#
Despertaste de ese sueño tan lindo en el que le confesabas todo a Eugenia. Pero era sólo eso, un sueño. Un hermoso e imposible sueño. ¿Por qué siempre soñamos lo que queremos que pase? ¿Será que nuestro subconsciente nos prepara para lo que queremos que pase y pasará? ¿Por qué siempre nos despertamos en las partes más hermosas de los sueños y nos amargamos al darnos cuenta que son sólo eso: sueños?
- Nicolás, llegamos tarde. Levantate - escuchabas aún con los ojos cerrados decir a Gastón mientras te sacudía. Sin contestarle nada te levantaste y te fuiste a duchar.
Seguías pensando en ese sueño, lo sentías tan real. Tenías miedo de que sea real y no te acordabas; pensaste en ir con Euge y saludarla con un beso pero... ¿si fue un verdadero sueño? ¿Qué pensaría ella de vos? Nunca más se te acercaría. Decidiste no hacer nada y te darías cuenta si fue un sueño o no cuando ella te salude o te diga algo.
Así pasó la primer hora de clase, nadie dijo nada y cada vez te convencías más. Hasta que Victorio te preguntó algo que te descolocó.
- ¿Qué onda anoche Nico?
- ¿Anoche? - le preguntaste desconcertado.
- Sí bobo; viniste tarde.
- ¿Sí? No sé, no me acuerdo.
- Estuviste dándole al escabio - (alcohol) - ¿no?
- No, posta. No sé qué hice.
- No hiciste nada, tarado, NADA - dijo Lali acercándose a ustedes.
- ¿Qué? - dijeron a unísono Vico y vos.
- Eso, te quedaste duro adelante de Eugenia.
- ¿QUÉ? - dijiste nervioso y sin poder creer lo que Lali te contaba.
Ahora empezabas a recordar cada detalle. La viste bajar tan linda como siempre y te quedaste mudo. Cuando ella te dijo que se iba a ir porque no hablabas vos le pediste que se quede, pero volviste a no decirle nada.
Todo lo que habías soñado era sólo un sueño de lo que tendrías que haber hecho y no hiciste. ¿Por qué? Por miedo.
E#
Te acordabas cada detalle de lo que había pasado con Nicolás. Él te había llamado y cuando te vio se quedó mudo, le dijiste que te ibas y te frenó, pero no dijo más nada. Te diste vuelta y te fuiste sin dejar que él diga algo. Te desilusionaste mucho al ver que no reaccionaba después de todo lo que había pasado entre ustedes.
Soñaste que él te besaba y le podías decir que lo amabas y él también te lo decía. Soñaste, sólo eso. Un sueño que querías que fuera realidad, pero no. No lo fue.
Esa noche lloraste como una nena cuando pierde algo que verdaderamente le importa y quiere; no sabías bien si llorabas por desilusión o qué. Solamente llorabas y no querías no hacerlo. Necesitabas hacerlo.
Esa mañana, despertaste a Mariana (ella era la única que te podía entender) para contarle lo que había pasado la noche anterior y que le pregunté a Nicolás si estaba jugando con vos o simplemente no le salieron las palabras para decirte algo de lo que supuestamente te quería decir.
- Me dijo 'hola hermosa' y después se quedó mudo. No me dijo más nada, me quise ir y me frenó. Me quedé con la esperanza de que me diga algo y no me dijo nada. Me fui y se quedó ahí, mirándome. Llegué a mi cuarto y lloré sin saber por qué. No sé si es por la desilusión que me llevé o... no sé Lali, no sé - le dijiste.
- Tenes que darle tiempo, Nico no es de ir de frente con las chicas. Y más si le gustan y sien... y más si le gustan - se corrigió. ¿Nicolás sentía algo por vos?
- ¿Le gusto? - preguntaste para tener una confirmación de parte de Lali, su mejor amiga, su hermana.
- Hay sí Eugenia. ¿Cómo no darse cuenta de eso? ¿Sabes la baba que perdió mirándote? - dijo y se rió.
- Pero, ¿por qué no me dijo nada?
- Quizás porque tenía miedo.
Miedo sentiste cuando lo viste otra vez, miedo a que se arrepienta por lo que había hecho él y con ese "miedo" que decía Lali que él sentía no te hable nunca más.
Te miró pero con una mirada rara, distante, angustiada. Seguramente Lali ya había hablado con él. Pero vos eras orgullosa, no ibas a ir a hablarle ni pedirle explicaciones de lo que te hizo. Querías entender que él no quería nada con vos, a pesar de todo lo que te había dicho Lali, lo que vos interpretaste y lo que había pasado entre ustedes dos.
- Euge, ¿puedo hablar con vos? - te dijo alguien detrás tuyo antes de que salgas al recreo.
P#
Tocó el timbre del recreo y vos saliste para poder comer ya que tenías un poco de hambre, pero la viste a ella caerse después de que unas chicas, un año más chicas que ustedes, la empujaban a propósito.
- ¿Por qué no se meten con alguien que les interese lo que hagan? - les dijiste ayudando a Lali.
- ¿A vos no te interesa lo que yo haga Pipu? - te dijo una chica rubia, la cual reconociste al instante. Era Valentina, tu ex novia, la cual unos meses antes de conocer a Lali seguías estando en algo.
- Valentina.
- ¿Valentina? - dijo Lali sin entender.
- ¿Me extrañabas Peter? Volví por vos mi amor.
- ¿MI AMOR? - dijo Lali extrañada. La miraste a los ojos sin entender nada, estaba casi por llorar. ¿Por qué tu pasado siempre afecta al presente y/o futuro? ¿Por qué con una simple palabra se puede arruinar lo que con muchas se construyó? ¿Por qué cuando estás bien aparecen problemas del pasado que creías enterrados? ¿Por qué los errores del pasado afectan las glorias del presente?
Lali se soltó de vos dejando caer sus libros y salió corriendo. Vos no sabías si decirle a Valentina que todo ésto era por su culpa o no decirle nada y salir en busca de Lali. Optaste por lo segundo, la buscaste y la encontraste llorando en su lugar secreto. Donde habían cantado su primer canción, donde su amor se expreso en palabras con una dulce melodía.
- Lali, yo te puedo explicar todo - dijiste sentándote al lado de ella.
- No necesito que me expliques nada Peter. No tengo que pedirte explicaciones de nada, si yo no soy nada tuyo. A ella le tenés que explicar por qué "estás" - hizo comillas con los dedos - conmigo.
- A vos te tengo que explicar porque no quiero que estés mal ni que pienses mal.
- Yo no pienso mal, vos estabas con ella, después "estuviste" - repitió el gesto - conmigo. Ahora te toca volver a estar con ella.
- No, ¿qué decís? Yo quiero estar con vos.
- No Peter, yo no me puedo permitir que me uses...
- ¿Usarte?
M#
La aparición inesperada de la ex novia de Peter te descolocó brutalmente. Ahora sabías que no eras la única en su vida. Él te contó cómo fue su relación con Valentina y te diste cuenta que había empezado igual que la suya. Ya no sabías qué pensar, ¿por qué nada te salía bien? ¿Por qué el destino (o lo que sea) se empeña en arruinarte los únicos momentos en que podes llegar a estar bien? ¿Por qué a vos que, aunque estabas acostumbrada a sufrir así, te pasaba ésto? ¿Qué habías hecho mal? Ilusionarte y engancharte con el chico más mujeriego del colegio Mariana.
Creíste poco y nada que Peter no esté en algo con Valentina, la forma en que la llamaba te hacía dudar mucho; le decía Valen. Valen esto, Valen lo otro, y quería que te convenzas que jamás estaría con ella, sólo con vos.
- No puedo creerle, ¿entendes? - le decías a Daniela. - ¿Cómo puedo creerle a una persona que es la más mujeriega del colegio y que ENCIMA la llama Valen?
- Y bueno, pero si él te lo dice de corazón... No sé, a veces las personas cambian a otras que consideramos "incambiables"...
- ¿Vos estás insinuando que yo cambié a Peter?
- Sí Lali, sí. Él no era así de estar taaanto tiempo con una persona. Aparte se lo ve re enganchado con vos. Te lo digo yo, que lo conozco más.
Si antes estabas confundida, ahora lo estabas el triple. ¿Qué ibas a hacer con Peter? Él te rogaba que le creas, pero vos no podías hacerlo...

Ésta historia continuará.

jueves, 5 de abril de 2012

Historias I:


Capítulo XII: Miedo a perderte.
M#
Te dijo cosas que vos jamás pudiste imaginar que vendrían de él. Maldijiste el momento en que las luces de tu colegio empezaron a apagarse en señal de que ya nadie podría estar afuera. Juntos corrieron hacia la puerta que daba a la cocina y, sin darse cuenta, estaban agarrados de la mano. Cuando quisieron darse cuenta ya habían llegado a la entrada del colegio.
- Bueno, nos vemos mañana - dijiste con mucha vergüenza y empezando a subir las escaleras.
- ¿No me vas a saludar? - te dijo él con su sonrisa compradora.
Te acercaste a él y lo saludaste con un beso en la mejilla. '¿Sólo eso?' te dijo antes de que te vayas. Te volviste a acercar y le dijiste: '¿Cómo querés que te salude?', sonriéndole. Él te agarró de la cintura y te dijo: 'Así', antes de hundirse en un apasionado beso inesperado.
Te fuiste a dormir con una sonrisa enorme. Sólo te preocupaba cómo reaccionarían tus amigas cuando les cuentes qué había pasado con Peter. Te dormiste pensando en ese beso y en la canción que cantaron juntos.
Al día siguiente, te levantaste feliz; despertaste a tus amigas con unos grandes abrazos y gritos no comunes en vos y les dijiste que hoy sería un gran día.
Cuando salieron de la habitación, se encontraron con María, Candela y Eugenia. Las saludaste pero las dos primeras te miraron mal, evidentemente seguías cayéndoles mal. Pero ahora eso no te importaba.
- ¿Vienen a desayunar con nosotras? - les preguntó Daky. A lo que las dos malas ondas contestaron que no, pero la rubia dijo que sí. Las cuatro se fueron a desayunar juntas dejando a María y Candela solas. Lo cual las molestó mucho.
- ¿A qué se debe tanta felicidad Lalita? - te preguntó Rocío cuando Daniela y Eugenia estaban en el baño.
- A nada, no sé... Anoche Peter me besó - dijiste rápido.
- ¡NO! ¡Jodeme! ¿Pero cómo fue? - empezó a decirte emocionada tu amiga. - ¿Ya es oficial?
- No, pará. Voy de a poco. A la tarde me llamó y me dijo si quería ir a un lugar con él a cantar un par de canciones, bueno, fuimos y cantamos una que él compuso. Hasta ahí nada, después me quiso besar cuando volvíamos pero no lo dejé. Porque no sé qué me pasó, no me preguntes. Y en eso, cuando llegamos acá, lo saludo así con un 'nos vemos' y me dice '¿no me saludas?' y voy y lo saludo. Cuestión que me dijo '¿sólo eso?' y me acerqué, porque iba a subir la escalera, y le dije '¿cómo querés que te salude?' y él me dice 'así' y bué, ahí pasó - dijiste con una gran sonrisa.
- ¡Hay que tierno amiga! ¿Pero no es nada serio todavía?
- No, pero tampoco creo que lo sea...
- ¿Por qué?
- Porque no, o sea, no quiero ser para él una más. Aunque me dijo que era especial, que no podía vivir sin escucharme, sin verme y esas cosas que yo mucho no creo. Pero viniendo de él y con lo que nos está pasando no sé qué pensar...
- Estás enamorada gata.
¿Te enamoraste Mariana? ¿Sos lo suficientemente idiota para hacerlo? SÍ, LO SOS. ¿Cómo se te ocurre enamorarte del más chamuyero, langa, gato del colegio? No, si vos sos una genia. Con los peores te metes... Pero te podía y más con todo lo lindo que te dice, que te canta, que te besa... Lo viste llegar con sus amigos, te vio, te sonrió y se acercó a vos.
- Hola hermosa - te dijo y te dejó un beso en los labios. - Hola Ro - le dijo a la rubia. La cual contestó con un 'hola' seco, era natural en ella aunque quiera que vos estés feliz con Peter.
P#
No te importó que tus amigos te cargaran con "la blacky" como ellos la llamaban. Estabas feliz, eras feliz.
Te despertaste sabiendo que hoy iba a ser un gran día, un día en el que todo iba a cambiar y para siempre. Soñaste que estabas con Mariana en el bosquesito cantando una canción y después... hacían el amor. Tan tierno fue ese sueño que no querías despertar, sabías que no podías hacerlo realidad tan pronto, no por vos sino por ella y por la situación en la que estaban los dos.
- Estás jugando con fuego - te repetía Pablo. Él había entrado hace unos días al colegio después de su viaje a Francia con sus padres, era amigo tuyo desde muy chiquitos, prácticamente habían nacido juntos. Sus familias eran amigas junto con la de Agustín, Eugenia y Candela.
- ¿Por qué? - dijiste sin entender.
- No te veo un gran futuro con ella. Como que no es tu target.
- ¿Mi qué?
- Tu target man, tu ganado, tu elección. No sé cómo explicarte.
- Parece que vos no me conocés Pablito.
- ¿Me estás jodiendo? Agustín, me dice que no lo conozco. ¿Le podés decir que está jugando con fuego con esa chica?
- Estás jugando con fuego con la blacky, man - te dijo Agustín. - Aunque no niego que no está mal...
- No la mires, Agustín. No me importa lo que digan, a mí me gusta y...
- ¡¿Te enamoraste?! - te dijeron los dos a unísono.
- ¡SÍ! - les dijiste y te fuiste a tu habitación.
Mientras intentabas tocar algo con tu guitarra, te llegó un mensaje de Mariana que decía: '¿Estás ocupado Peter?' A lo que contestaste: 'No, venite para mi cuarto. Compuse una canción nueva'. Después de cinco eternos minutos tocaron la puerta y era ella. La hiciste pasar, te disculpaste por el desorden y emocionado empezaste a tocar los acordes de tu nueva canción sin letra.
- Cuántos sueños has tenido, y por miedo no has seguido el camino que te lleva a hacer realidad. Sólo piensa un instante, nunca mucho fue bastante para ti - cantó poniéndole letra a tu canción. En eso, entró Eugenia, sin tocar la puerta, y los dos se asustaron.
- ¿Interrumpo algo? - dijo cuando vio sus caras.
- No, estábamos componiendo - le contestó Lali. - ¡Sumate!
E#
- ¡Buenísimo! - te sentaste al lado de Mariana y en eso se sumó Gastón, lo cual a Peter no le gustó mucho. Mariana preguntó si podía llamar a Nicolás que él componía muy bien.- ¡SÍ! - gritaste.
- Ya no sé por qué razones te has quedado en ilusiones, no me digas que no hay tiempo y te eches atrás - cantó Peter mirando a Lali.
- Quiero estar siempre a tu lado y olvidarnos del pasado tu y yo - cantó Nicolás mirándote a los ojos.
- Porque no quiero vivir con miedo a perderte, me quiero morir si no puedo verte, en mi vida no hay más salida - cantó Gastón, también mirando a Lali. Te resultó raro que ella sólo mirara a Peter y él a ella.
- No puedo dormir si no puedo tenerte, no puedo seguir muriendo lentamente, a tu lado encadenado - siguió Peter.
Los cinco cantaron una canción compuesta por ustedes mismos. Jamás se les cruzó por la mente que ese día sería el principio de una gran historia.
Después de que todos cantaran y compusieran una parte de esa gran canción la titularon Miedo a perderte... Era eso lo que sentías con Nicolás las veces que se distanciaban. Miedo a perderlo, a no tenerlo más, a que se olvide de vos. Nunca habías sentido nada así por nadie, sólo él te hacía sentir rara, volando entre las nubes, sintiéndote vos misma.
Por la noche te llegó un mensaje de Nico, sonreíste al leerlo. Te vestiste, te arreglaste y fuiste a la entrada del colegio, ahí estaba él esperándote.
- Hola hermosa - te dijo cuando llegaste delante de él. - No quiero vivir con miedo a perderte - te dijo al oído.
Tu mundo estaba brillando más que nunca, era el momento más hermoso de toda tu vida. Él se acercó a vos y... ese momento fue mágico. Fue un momento que no ibas a olvidar jamás. En ese momento él te besó, fue un beso distinto a todos, sentiste que ese beso marcó para siempre su relación.
N#
Tomaste valor y lo hiciste. En tus adentros todo era una fiesta, la habías besado por primera vez. Eras la persona más feliz del mundo, ese beso marcó para siempre un antes y un después en su relación como "amigos". Ya eran más que eso, eran dos personas que se habían animado a sellar sus sentimientos, su amor. Su verdadero y eterno amor.
- No aguantaba más, necesitaba besarte y sentir que de verdad sos la persona que quiero como nunca quise a nadie en mi vida - le dijiste cuando se separaron.
- Yo tampoco aguantaba. Siento cosas por vos que jamás sentí por nadie, me asusta el hecho de pensar que ésto es un sueño y mañana todo va a ser igual que siempre.
- Te aseguro que no es un sueño y si lo es... deseo que no termine nunca.
La volviste a besar, sus besos eran únicos, mágicos, especiales para vos. La abrazaste despegando sus pies del suelo y empezaste a dar vueltas en el aire riéndote. Sin dudas eras el hombre más feliz.
- Te amo - te dijo.
- Te amo - le dijiste.

Ésta historia continuará.