martes, 31 de julio de 2012

Historias I:


Capítulo XX: Tras las nubes el cielo es siempre azul.
G#
Desde que conociste a Daniela algo cambió en vos. No sabías qué ni por qué, pero así lo sentías. Sentiste que encontraste a una persona en la cual podías confiar si ningún problema, ella te entendía y vos también a ella. Por fin te podías llevar bien con una mujer sin enamorarte.
Daniela tenía una forma de ver la vida única, se tomaba todo con calma y para bien. Siempre decía que una persona que quería mucho le decía que tras las nubes el cielo es siempre azul; con eso quería explicar que después de los problemas algo bueno iba a venir. Eso te hacía sentir bien; pensabas que después de tantos problemas lo bueno había llegado a tu vida de la mano de Daniela.
- No paras de hablar de Daniela vos - te dijo Peter un día que estabas contando lo que habías hecho hoy justamente con Daniela.
- Es que paso la mayor parte del tiempo con ella ya que nadie me da bola...
- ¿Lo decís por mí? - dijo Rocío entrando a tu habitación. Te quedaste paralizado, todavía sentías cosas muy fuertes por ella que la llegada de tu amiga Daniela no pudo borrar -. Perdón por entrar así, estaba abierta la puerta.
- ¿Qué pasa Ro? - preguntó Peter al ver que vos no reaccionabas.
- Quiero hablar con Gastón, ¿nos dejas solos Peter? - Peter se fue y los dos se quedaron mirándose sin decir nada. Rocío se sentó en la cama que estaba al lado de la tuya y respiró hondo -. Quería pedirte perdón por lo del otro día - comenzó a hablar.
- Está todo bien - dijiste con calma. En este tiempo te propusiste ser un poco más como Daniela, dejar de tomarte todo tan a pecho para no generarte más problemas -. ¿Era eso nada más?
- No, ¿qué querías decirme el otro día? - tragaste saliva, tu corazón empezó a latir más rápido, tu respiración se aceleró y tus manos empezaron a sudar. Estabas nervioso y ya no podías actuar con calma.
En ese momento entró Daniela llamándote, podrías decir que te había salvado de tener que decirle todo lo que sentías a Rocío y desilusionarte otra vez.
- ¡Uy, perdón! Vengo después - dijo y se fue. Trataste de decirle que no se vaya pero Rocío fue más rápida que vos, te diste cuenta que no le cayó muy bien.
- Todavía no me dijiste lo que me querías decir, Gas... - te dijo. Las manos te sudaban aún más.
- Em, yo... te buscaba para... - trataste de acordarte todas las palabras que habías repetido una y otra vez - para que... me ayudes con un par de cosas de música - mentiste al final.
- Ah, era para eso... - notaste un poco de desilusión en sus ojos -. Cuando quieras puedo ayudarte.
- ¿Ahora? - le sonreíste. Pensaste que con esa excusa podrías volver a formular un discurso y decirle todo de una buena vez. Total tras las nubes el cielo es siempre azul.
M#
Esta semana habías notado un poco distante a Peter; estabas un poco asustada porque quizás se había arrepentido de haberte propuesto ser la novia. O quizás ya se había cansado de tantos besos y abrazos que le dabas todos los días.
Cuando lo encontraste solo tomando un café en una de las mesas afuera del colegio decidiste preguntarle qué le estaba pasando y qué quería hacer de esta relación.
- Peter, te estoy notando raro estos días - dijiste sentándote frente a él -, yo necesito que me digas si ya te cansaste de mí, si querés que me aleje - tus ojos se empezaron a empañar -, si...
- No, Lali - te interrumpió -, yo no me cansé de vos ni quiero que te alejes. Lo que pasa es que estoy un poco preocupado por Pablo, volvió raro de Francia.
'Ah, ¡era eso!' pensaste aliviada.
- ¿Por qué? Yo no lo conozco pero no veo que esté rarito, o sea, está atrás de María... - obviamente que esté raro lo asociaste a que sea... gay.
Peter se rió con ruido, como lo decías vos. Reírse con ruido significaba que te reías de verdad, era esa risa te sale de adentro, del corazón. Era esa risa que uno necesita para ser feliz por lo menos un segundo por día, esa risa que recetan los médicos para el "no-estrés".
- No es eso, mi amor. Es que juraría que él estaría feliz por esta relación que tenemos pero... pero no es así.
- ¿Por qué no es así? ¿Te dice algo de mí? - viste que su mirada se desvió y te diste cuenta que era así. Pablo hablaba mal de vos -. Ok, te dice algo de mí y por tu cara es malo. No te preocupes yo lo voy a poner en su lugar.
Sin darle tiempo a reaccionar te paraste en busca de Pablo para defenderte vos misma y ponerle los puntos. Peter te gritaba desde atrás que no lo hagas, que él iba a ocuparse de todo, pero vos no lo quisiste escuchar. Recorriste todo el colegio hasta que perdiste a Peter y encontraste a Pablo.
- Escuchame vos, Arreglachancleta, - le dijiste cuando lo viste. Él te miró con una expresión de gracia por cómo lo habías llamado, te miró con una sonrisa que algo causó en vos. Te pusiste firme y no lo dejaste corregirte (era algo que odiabas y ese franchuta maleducado no iba a hacerlo) -, ¿qué le estás diciendo a mi novio de mí?
Viste cómo su cara cambió, te diste cuenta que era una persona tímida.
- Yo no dije nada que no sea verdad - te dijo al fin, esa voz... ¿qué tenía esa voz?
- Y a ver, decime cuál es esa verdad - dijiste enfrentándolo más cerca y mirándolo a los ojos.
- Lo que sos, sos una de esas que se aprovechan de pibes con guita.
- ¡¿Qué?! ¿Vos estás loco? Yo no soy como tus amiguitas, yo no necesito plata para ser feliz. ¡Necesito amor, amistad, sonrisas, música!
- A todo eso en mi mundo se llama plata, Marianita - se acercó más a vos, tanto que sus respiraciones se cruzaron y quedaste acorralada entre la pared y él. Notaste que se puso nervioso.
- ¿Qué pasa Arreglachancleta? ¿Te pusiste nervioso?
P#
No encontrabas a Lali por ningún lado, a Pablo tampoco. Después de dar cinco vueltas al colegio los escuchaste y los pudiste encontrar. Estaban tan cerca que sus narices se rozaban, te cegaste y no hiciste más que empujar a Pablo y gritarle.
- ¡¿Qué te pasa, idiota?! - le gritaste -. ¿Ahora te querés levantar a mi novia? Por eso no podías verme feliz y dijiste todo lo que dijiste de ella, ¿no?
- Para, para, no confundas las cosas y calmate - te dijo tratando de calmarte. Pero vos no podías, estabas cegado por los celos.
- ¡No me calmo una mierda! Sos un garca, Pablo. Nunca pensé que me harías esto. ¡Basura!
- Para, Peter. ¡No es lo que pensás! - te decía Mariana, pero vos no la escuchabas.
- Hacete el machito ahora, Pablito. Dale.
Pablo se enfureció y empezaron a pelearse. Por los gritos de Lali, Gastón, Rocío, Nicolás y Candela corrieron hacia donde estaban ustedes. Rocío y Candela contuvieron a Lali que lloraba desconsolada mientras que Gastón y Nicolás intentaban separarlos.
Estabas completamente cegado por los celos que sentías. Nadie te iba a sacar a Lali otra vez, no aceptabas la idea de perderla por segunda vez ahora que estaban tan bien juntos.
Días más tarde de esa absurda (ahora creías que lo era después de ponerte a pensar y ver la forma en que lo habías dejado a Pablo) pelea, Lali volvió a hablarte. Ella te había dejado de hablar desde ese día, estaba furiosa con vos y con ella misma. Se culpaba por haber arruinado todo igual que vos. Habías escuchado que ahora te tenía miedo, ella no conocía ese lado oscuro en tu personalidad.
- Peter, yo... - dijo cuando vino a verte a tu cuarto - yo no puedo seguir así. Yo te amo, pero te tengo miedo... No podés ponerte así como loco porque hable con alguien.
- ¡Pero estaba muy cerca tuyo y si tardaba un segundo más te besaba, Lali!
- ¡¿Pero qué estás diciendo, Peter?! ¿Vos te pensás que yo iba a besar a ese payaso feo?
- Bien que no te separaste del payaso feo, eh - viste que sus ojos se llenaron de lágrimas y notaste que hubo dolor en ellos. Te sentiste la peor persona del mundo.
- No puedo creer que lo digas, si vos pensas eso de mí. Ya no hay nada que hablar, Peter. Se terminó - dijo y se fue ahogada en llanto.
Viste que Pablo estaba mirando desde el segundo piso de la habitación. Lo miraste con odio y le dijiste:
- Todo esto es por tu culpa. Acabo de perder por segunda vez a la persona que más amo en toda mi vida. Sos una mi*rda.
- Mi culpa no fue, fue la tuya - dijo y entró al baño.
N#
María seguía tratando de seducirte y Eugenia no volvía más. Estabas totalmente desesperado, no aguantabas más tenerla tan lejos y menos aguantabas la falsedad de María, ella había tenido una conversación amistosa con Euge esa misma tarde por Webcam y vos la habías escuchado.
- ¿No te da vergüenza mentirle a Eugenia así? - le dijiste cuando volvió a seducirte. Esta vez no te fuiste después de que ella intentó besarte.
- No, para nada. ¿A vos no te da vergüenza saber que Eugenia está con otro y vos acá esperándola sin verme a mi?
- Ella no está con nadie, está cuidando al padre.
- ¡Ay, por favor! Cuidando al padre, ¡ja! Ella odia a su papá, él nunca le dio bola, ¿le creíste que ahora estaban juntos? - en eso María tenía razón. Eugenia odiaba al padre ¿y ahora intentaba cuidarlo y estar con él? - ¿Qué te quedaste pensando, Nico? - te dijo después de que reaccionaste dentro de todos tus pensamientos.
- En que te tengo que dar la razón. Eugenia odia al padre.
- ¿Ves, gordi? Yo como "amiga" de ella no miento.
Por tu mente pasaban miles y miles de cosas. Verdades, mentiras. No entendías nada. ¿Por qué ella te haría eso? ¿Por qué justamente María tenía que ser la que te abriera la mente? No te diste cuenta cuando María comenzó a besarte, algo en vos decía que eso no estaba bien, pero también decía que sí.
E#
Llegaste de sorpresa a Buenos Aires esa mañana y a la tarde volverías a tu vida normal. Con tu novio, tus amigas y amigos. Todos te recibieron muy bien y felices de que hayas vuelto. Pero en ese aula no estaban ni Nicolás ni María. ¡Querías saludar a tu amiga y a tu novio!
Cuando llegaste al gimnasio, como Gas te lo había indicado, viste algo que no te gustó para nada. María y Nicolás se estaban besando adelante tuyo.
- ¿Qué es esto? - dijiste con los ojos estallando en lágrimas.
- ¡Euge, mi amor! - gritó Nicolás e intentó abrazarte.
- ¿Mi amor? ¿Después de ver esto me decís mi amor? ¿Después de que me engañes me decís mi amor? ¡Encima con mi amiga! ¿Qué digo? ¡Mi ex-amiga! - dijiste mirándola a María que no salía de su asombro.
- No, no. Euge, yo te puedo explicar todo.
- ¡NO quiero que me expliques nada! Yo sé muy bien lo que vi. Gracias por la bienvenida Nicolás - dijiste y te fuiste. Cuando llegaste al hol del colegio agarraste a Mariana y a Candela y sin explicación te las llevaste a tu cuarto -. Me engañó. ¡Me engañó chicas! ¡Con María!
- ¿Qué? - dijeron a unísono sin entender.
- Nicolás me engañó... con María.
- ¡¿QUÉ?! - dijo Mariana -. No lo puedo creer, lo voy a matar. Te juro Euge que él te estuvo esperando desesperado. No sé qué le pasó. Te pido perdón de parte de Nico, lo desconozco.
- Gorda, te juro que yo también lo vi esperar que lo llames desesperada, y a Mery... A Mery la noté rara estas semanas. Como que conmigo se cortó toda relación. Desde que te fuiste es como que... todo cambió con ella.

Ésta historia continuará.

5 comentarios:

  1. Justo tenía k caer Nico ahora y k fuese Euge quien lo pillara.María ,más vale no tener amigas arpías.Pobre Lali,encima Peter la pierde x segunda vez,está gafado.

    ResponderEliminar
  2. nooo tan bien q venian Lali y Peter... para mi a Pablo le paso q una chica lo uso... y por eso cree q Lali es igual...pero me da q tambien esta un poquitin celoso xq ella le gusta...
    Y NICOOOOO no se la podia haber mandado en peor momento.....
    QUIERO MAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!
    Espero q subas pronto...
    Besos q estes bien...!!!!!

    ResponderEliminar
  3. que le pasa a Pablo??? y Peter??? esos celos incontrolables????? y el taradao de Nicolas al final tanto esperar a Euge y en el ultimo minuto no frena a MAria??? son unos TARADOS todos!!!!!

    pobrecita Euge =( y Lali y Peter de nuevo separados =(

    espero mas nove pronto!!! BESOSS!!! =)

    ResponderEliminar