viernes, 4 de mayo de 2012

Historias I:


Capítulo XV: Cambios.
M#
Tenías miedo de perder la amistad que tenias con Gastón, tenías miedo de que se ilusione con vos. Sabías bien que no iba a pasar nada entre ustedes porque lamentablemente estabas enamorada de Peter. El chico más mujeriego del colegio, el que hacía sufrir a quien se enamore de él, el que no le importaba nada más que su fortuna y su reputación, el que no sabía valorar el amor de una verdadera mujer, el que no conocía el amor. De ese te enamoraste, como buena estúpida. Todo sería mejor si te hubieras enamorado de Gastón. El chico tierno y dulce que demuestra quererte a cada paso, el que te dice que te ama cada vez que lo siente, el que te hace sentir única, el que te jura su amor cada día que pasa, el que no te es infiel, el que te valora, el que está con vos siempre. De ese no te enamoraste, como buena estúpida.
- ¿Por qué hago las cosas al revés? - te preguntabas.
Pensaste seriamente en olvidarte de Peter y tratar de enamorarte de Gastón, pero aún así, no podías olvidarlo. Pasaban los días y cada vez intentabas estar más cerca de Gastón y más lejos de Peter. Pero todo te unía a él.
- Todos los caminos conducen a Roma - te dijo Eugenia detrás tuyo cuando mirabas a Peter hablando con Valentina seriamente. Te diste vuelta y ella te sonrió, te entendía tanto a pesar de que se conocían muy poco.
- ¿Pero por qué? Si yo lo quiero olvidar, quiero sacármelo de la cabeza, ¡él me hace mal!
- Pero no podes, porque las mujeres somos así, rebuscadas, nos gusta lo imposible, lo que nos hace sufrir. Pero nunca hay que dejar que un tonto como es Peter - 'menos mal que era el amigo' pensaste - te pisotee.
- Menos mal que era tu amigo - le dijiste. Vos nunca te callabas nada... bueno, casi nunca.
- Es mi mejor amigo, pero bueno, es medio tonto en ese caso. Él nunca se enamoró, él nunca lloró de verdad por una chica, porque siempre tuvo a las que quiso a sus pies. Él está aprendiendo a sufrir por amor recién ahora Lali, vos lo cambiaste y para bien.
¿De verdad era así la cosa? ¿Vos habías cambiado la forma de ser de Peter?
- Vos hiciste que abra los ojos y madurar. Antes era un nene de papá que creía que se las sabía todas, un chanta, eso era. Ahora es una persona llena de ilusión, que quiere luchar por los sueños que una vez fueron tapados por una soberbia terrible... Lali, abrí los ojos vos también, no te lastimes más.
No creías mucho en lo que Eugenia te decía. Como siempre, vos creyendo algo de alguien que quiere que abras los ojos, vos siempre tan desconfiada. Y sí, tu destino era sufrir las consecuencias de ser una chica pobre y madura a los golpes. Eras reacia al amor. ¿Por qué siempre que amaste de verdad algo o alguien todo terminaba mal? Amabas a tu familia adoptiva, eras feliz. Te separaron de ellos y te internaron en un orfanato. Amabas cantar, bailar, reír, con tus amigos del orfanato (en el cual no eras tan feliz, pero estando con ellos todo era diferente). Fuiste trasladada a otro donde todo era oscuro y no había risas, sólo llantos. Amabas a la pareja que los había adoptado a Nicolás y a vos, eras feliz nuevamente. El juzgado te internó en este colegio. Amabas a Benjamín a pesar de todas las cosas que él te hacía. Te separaron de él y supiste lo que en verdad era. Amas a Peter. Él está con otra.
El único amor que nunca te faltó fueron tus guantes de box. Fuiste al gimnasio y comenzaste a boxear, te enceguecías y dejabas todo en una pelea. Nunca tirabas la toalla en ese situaciones.
- Ahora que te veo boxear te tengo miedo - dijo alguien atrás tuyo. Era Peter, su voz te movió la estantería y el saco de boxeo que estabas golpeando chocó contra vos y caíste al suelo. - ¡Lali! ¿Estás bien? - dijo cuando corrió al ver que te caías.
Estaban nuevamente tan cerca uno del otro, estaban tan juntos mirándose a los ojos sin saber bien qué decir.
P#
- Gordo, ¿qué haces? - esa voz irritante proveniente de Valentina interrumpió ese momento tan lindo que estabas llevando con Lali. La ayudaste a pararse y la miraste sonriendole.
- Esto no queda así no más - le dijiste al oído y te fuiste con Valentina.
Estabas con ella recordando los ojos llenos de miedo que tenía Mariana en el momento que la agarraste antes de que caiga al piso. Sonreías acordándote de cada detalle de su rostro, de su cuerpo, de su alma.
- Amor, ¿me estás escuchando? - dijo Valentina interrumpiendo tus pensamientos. Asentiste mintiéndole y ella continuó hablando sobre ella, como siempre. - Te decía que fui al shopping y me compré... - No la escuchabas, mirabas a la nada recordando a Mariana. Lo que fueron, lo que eran. Estabas decidido a cortar con esa mentira y volver a conquistar a Mariana, volver a sentir que eras feliz por primera vez, volver a amar por primera vez.
No podías creer que la llegada de alguien que no te imaginabas que llegaría cambió completamente tu vida. Cambios hermosos y para bien. Dejaste de ser el chico arrogante y soberbio del colegio, a ser una persona completamente nueva. Alguien que está aprendiendo lentamente qué es el amor, qué es ser feliz sin necesitar un peso de por medio.
Antes creías que la felicidad era estar rodeado de minas que te besen y tener millones de pesos para gastar en boliches, chicas y demás. Ahora sabes que la felicidad es sonreír y ver sonreír a la persona que amas. La felicidad es amar.
- Valen, - dijiste interrumpiéndola - yo te quería decir algo que desde que llegaste te quiero decir...
- Hay gordo, ¡no me digas que queres que seamos novios oficiales! - se ilusionó ella.
- No - dijiste cortando esa ilusión. - Quiero que terminemos con esta farsa. Sabes que estás acá sólo porque mi papá lo quiso, pero él no manda más sobre mí. Yo soy una persona completamente distinta a lo que era cuando me conociste. Yo ya no quiero estar mintiéndote más a vos ni a mí mismo. Amo a otra chica y ella me hace feliz sólo con verla sonreír.
- ¿Me estás queriendo decir que no vamos a estar juntos y no me amas?
- Sí.
- Ok, no me importa, ¿sabes? Porque yo no voy a dejar de conquistarte cada día y voy a lograr que vuelvas a ser la persona que eras antes. Porque eso lo llevas en las venas Peter, sos un Lanzani gordo. No te olvides - dijo yéndose.
Ya está Peter, ya se lo dijiste. Y aunque ella diga que quiere intentar cambiarte de nuevo, no va a poder porque tu amor por Lali es más fuerte que cualquier intento de volver al pasado.
N#
Eugenia seguía sin atenderte el teléfono. Le preguntaste a María qué pasaba y ella te dijo algo que te desconcertó:
- Eushi se dio cuenta de lo que eras y simplemente no quiere cometer el mismo error otra vez. ¡Jugó con vos, Niquito! Aceptalo gordi. Vos necesitas a alguien de tu nivel, alguien bajo como vos. No una diosa del primer nivel como Eushi, gordo. Ella nunca va a estar con vos, entendelo. Es por tu bien.
No sabías si era verdad o sólo quería que te alejes de ella. Odiabas tanto a María, odiabas su soberbia y su arrogancia. Pero hasta no hablar con Eugenia no te ibas a conformar, si ella estaba jugando con vos te lo tenía que decir en la cara y no a través de sus amigas.
Encontraste a Candela y ella te aclaró un poco más el panorama:
- No sé gordo por qué no te atiende el celu. No debe tener batería o lo mandó a arreglar, porque, entre nosotros no, siempre que se pelea con su daddy rompe el celu - rió. - Tranquilo gordi, no pasa nada.
Candela, a pesar de su tono irritante de voz, te caía mejor que María. No era tan soberbia ni arrogante, era mejor un intento de eso. Ella quería ser como sus amigas pero nunca lo lograba porque tenía otra esencia.
Seguías preocupado por Eugenia, pero querías despejarte un poco en la clase de gimnasia. No lograste hacerlo e hiciste cualquier cosa en la cancha. Ni vos ni tus amigos podían creer lo que te estaba pasando.
- ¡Y bueno loco! ¿Qué queres que haga? No me fue bien en un entrenamiento, EN-TRE-NA-MIEN-TO - deletreaste - ¿entendiste? - le explicabas a Peter que te reclamaba tus malas jugadas.
Llegaste a la zona  de los cuartos de los varones y la viste esperándote en la puerta de tu cuarto de espaldas.
- Al fin aparecés - le dijiste. No pudiste ser más bueno porque no estaba de buen humor.
Ella se dio vuelta y te diste cuenta que estaba llorando. Te acercaste a ella y la abrazaste con todas tus fuerzas, ella te devolvió aferrándose a tu pecho llorando como nunca la viste.
- Mi amor, ¿qué pasa? - le dijiste después de invitarla a pasar a tu cuarto.
- Mi papá... me dijo que... - cada palabra que decía era un llanto más profundo - se iba del país...
- Tranquila...
- Conmigo - terminó diciéndote. La miraste a los ojos y la abrazaste como nunca. No querías perderla.
E#
Cuando tu papá se enteró que estabas saliendo con ese rubio que entró por medio de un juzgado y venía de orfanatos, quiso separarte de él a toda costa. 'No podes caer ta bajo Eugenia' fueron las últimas palabras que le escuchaste decir antes de escaparte de tu casa.
- Por eso no te contestaba las llamadas, mi celular lo tenía él porque no quiere que estemos juntos - le explicaste.
- No te puede manejar tu vida, Euge.
- Pero lo hace, no entiende que yo cambié, que no soy la misma de antes. Dejé mi soberbia de lado, ya no me creo mejor que nadie por venir de una familia adinerada. A mi ya no me importa lo que los demás piensen de mí, a mi solo me importas vos y mis amigos. Solo eso, nada más.
Él te abrazó y se hundieron en un beso lleno de amor, 'no te vas a ir' te dijo al oído; 'como que me llamo Nicolás Riera, vos no te vas a ir' te decía. Confiabas en él ciegamente y si te decía que no te ibas a ir, no te ibas a ir.
Los días pasaban y la fecha del viaje se aproximaba. Les contaste a tus amigas todo con lujo de detalles y, como siempre, la única que estuvo de acuerdo con tu papá fue María.
- Y sí gordi, vos no podes estar con cualquiera - decía.
- Cualquiera sos vos jirafa mal estirada - le contestaba Mariana. - Euge, no te vas a ir. Tranquila - intentaba calmarte.
- Ayúdenme, no quiero irme con él.
Mirabas a cada uno de tus amigos y pensabas que vos eras la única que podría tener esos problemas. Peter era uno de los únicos que más te podía entender, ya que sus padres tenían prácticamente la misma mentalidad.
- Sólo tenes que enfrentarte a él y decirle lo que pensas. No tenes que dejar que te maneje como antes, tenes que demostrarle que cambiaste, que abriste los ojos - te aconsejaba tu mejor amigo, tu hermano.
Hablaste también con Pablo, otro de los que pasaban por tu misma situación:
- Euge, yo por no tener el coraje suficiente para enfrentarme a mi viejo, me perdí dos años de estar con ustedes por ir a Francia. Estar lejos de tus amigos es lo peor, no hagas como yo. De corazón te lo digo.
Todos, menos María, te decían que enfrentes a tus papás. Que les expliques tranquilamente todo lo que dejaste de ser y lo que sos ahora. Que le expliques la razón de tu cambio, que le digas que te enamoraste y estás dispuesta a renunciar a todo por Nicolás.
G#
Ahora sí que estabas cada vez más lejos de Mariana, veías como se acercaba cada vez más a Peter de nuevo. Era evidente que el amor para vos no era de buena suerte. O quizás vos te enamorabas de quienes no debías.
Quisiste olvidarte de Mariana, pero fallaste en el intento. No podías, pero debías. Quizás fijándote en otras chicas lo lograrías. Pero... ¿en quién?
- Hola gato, ¿cómo andas? - dijo con su simpatía Rocío. Raramente ella te hablaba, nunca te habías puesto a pensar lo linda que era. Quizás en ella encontrarías la salida a ese amor no correspondido.
- Hola Ro, bien ¿y vos? - tenía una sonrisa realmente hermosa. Hablaron por un rato largo hasta que el timbre de finalización del día los asustó. Se rieron y quedaron mirándose fijamente por unos segundos.
Todo en tu mente y tu corazón daba mil vueltas, Rocío tenía algo especial que te hacía reír y sentirte raro a su lado. Pero Mariana tenía ese carácter único que te enamoraba todos los días. Decidiste avanzar con ese algo especial que te hacía sentir Rocío.

Ésta historia continuará.

2 comentarios:

  1. X fin Peter se deshace d Valentina.Gaston acepta k Lali no lo ama y se fija en Rocio.Menudo problemon se le viene a Euge y Nico.

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